Que la memoria de quienes fueron enterrados sin nombre en las fosas sea la llama que ilumine nuestra lucha. Solo recuperando una democracia auténtica, en forma de República, podremos romper el pacto de olvido y construir un futuro donde la justicia y la dignidad estén por encima del poder económico. Que el 22 de julio no sea solo un día de recuerdo, sino el símbolo vivo de la resistencia obrera y popular.